jueves, 15 de julio de 2010

Aplaza.


El poder aplazar las contestaciones a las cosas que te preguntan, o las respuestas que esperan de ti, te hace conseguir un mayor dominio sobre tu vida. Cuando requieren una respuesta rápida y automática de nosotros, no tenemos demasiado tiempo para pensar. Es muy difícil en tan poco tiempo valorar los pros y los contras, y a veces nos podemos encontrar metidos en un lío, casi sin darnos cuenta. El poder aplazar esas respuestas, con pequeñas excusas del tipo: "estoy ocupado, enseguida te llamo y lo hablamos", "tengo que ver un tema y te contesto", "déjame que solucione una cosa y te digo"..., nos van a permitir tener el tiempo suficiente para valorar nuestra respuesta. Pudiendo así contestar lo que realmente deseamos. Lo habremos pensado adecuadamente, e incluso podremos preparar una respuesta lo más ajustada posible a nuestra conveniencia. Practicar un pequeño aplazamiento de nuestras respuestas, trae a nuestra vida numerosas ventajas.
PSYSI

7 comentarios:

  1. Muchas veces nos hemos arrepentido de ciertas cosas que hemos dicho por no haberlas meditado suficientemente y otras muchas el arrepentimiento viene por haber seguido hablando cuando la prudencia aconsejaba dar por zanjado el tema .
    Seamos pués dueños de nuestras palabras y antes de decirlas meditemos sobre las repercusiones y las consecuencias de las mismas .

    ResponderEliminar
  2. Aplaza y aplaza y cuidado con lo que dices y en boca cerrada no entran moscas y por la boca muere el pez y más vale permanecer callado y parecer tonto que abrir la boca y despejar las dudas y ... Ya está bien . Seamos espontáneos, sinceros , naturales y digamos lo que pensamos . No más teatros ni farsas . Somos los protagonistas de nuestra vida y no queremos fingir.

    ResponderEliminar
  3. ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS15 de julio de 2010, 22:58

    La reflexión de hoy me parece una idea buenísima, suelo meter la pata con bastante frecuencia, en mi afán de agradar, no me pienso las cosas, contesto demasiado rápido, y después me arrepiento de lo que he contestado, siempre pienso que si hubiera tenido un poco de tiempo para pensar antes de contestar, mi respuesta hubiera sido otra, en muchas ocasiones, así que repito, me encanta la idea. Buenas noches.

    ResponderEliminar
  4. Con pies de plomo, por si lo dicho amenaza rechazo o tormenta.
    Falta la seguridad, ser uno mismo y reconocerse, que tampoco pasa tanto.
    Necesidad de aceptación, de quién ¿de los demás?
    ¿pedimos algo a cambio?
    Aceptamos la naturalidad.
    Sin embargo.
    No nos sentimos libres para expresar la nuestra.
    jodida encrucijada.

    ResponderEliminar
  5. No todo lo que pensamos , por otra parte , se puede decir , pués del mismo modo que tu libertad termina donde empieza la libertad del otro , los buenos modales , la educación , el respeto y la empatía te hacen comprender que , por ejemplo , no puedes ser grosero con quien tienes enfrente .

    ResponderEliminar
  6. Y lo contrario de la grosería es tener clase . Que no depende necesariamente de la posición social , ni de la educación recibida en un caro colegio , ni siquiera del éxito social . Gente alejada siempre de cualquier forma agresiva , y a quien descubres por su tranquilo y sereno modo de mirar , de hablar , de guardar silencio, de sonreir , de estar siempre dispuesto a la ayuda a los demás , de tener el control de su persona , de sus palabras , de sus actos ...
    Vaya. Lo releo y quedó muy bién . Sólo diganme ahora donde encuentro ésa gente ...

    ResponderEliminar
  7. Las palabras también llevan sonrisas impresas.

    Estamos algun@s que nos expresamos mejor con la pluma que con la lengua.

    En este blog puedes encontrar unos cuantos.

    ResponderEliminar